“Después de trabajar treinta años en la asistencia social a la infancia, me quedé desolada al enterarme de que necesitaba tener un empleo para solicitar la condonación de los préstamos estudiantiles tras la jubilación. Viviendo del Seguro Social, nuestros planes parecían arruinados hasta que un colega me remitió a EDCAP.
Me informaron de que había un plazo de un año para que los jubilados lo solicitaran y, con su ayuda, me condonaron los préstamos en enero de 2023. EDCAP lo hizo posible; sin ellos, me habría rendido y nunca habría recibido la condonación del préstamo.”